Sabes cuanto te amo? Estoy segura de que sí... 

Hace varios días que no andas bien de ánimo, se que haz llorado, que te haz sentido pésimo y que a ratos te ha costado tocar el suelo y mantenerte con tus patitas ahí. Se que en estos momentos suelo ser más un cable a tierra, tu apoyo fundamental, un abrazo...

Ayer me dijiste -textualmente- 
"Es que es así como me veo, como un weón penca, que puedo hacer de especial?, soy un weón más nomás, pensé que podía destacar en algo pero no fue.."

Y yo pensé, y pensé, y seguí pensando.
Pensé durante la noche y durante el día. Mientras estábamos acostados y te abrazaba, te regaloneaba, te hacía sentir mío.
Sabes que pensé?
No tienes idea...

Pensé que en mi vida eres muy destacado.
Pensé que durante este año me haz hecho crecer como persona.
Pensé que alguien como tu, "un weón penca" es quien me enseñó inconscientemente del amor. 
Pensé que eres la persona más especial de mi vida.
Pensé... que eres más que una persona que va al preu todos los días en la mañana, eres alguien que si tiene un pequeño momento lo aprovechará, aunque sean 5 minutos, para estar juntos. 
Eres alguien que tiene ideales, eres una persona que a pesar de todo lucha por lo que quiere.
 Pensé, que si pudiera darte un diploma por "Mejor Compañero" ya tendrías como diez.
Pensé que alguien que aguanta lo que tu aguantas no es cualquier persona, yo no podría hacerlo... de hecho, no lo hago.
Pensé... que tu me haces muy feliz.
Me haces sentirme bien conmigo.

Tu eres mi pasatiempo, mi hobbie favorito, contigo me relajo, contigo quiero pasar la mayoría del tiempo.
Siento que contigo todo vale la pena, y me siento orgullosa de todo.
Tu me haces sentir llena.

Contigo avance en mi vida.
Y no echaría marcha atrás.

Contigo crecí y deje de estar varada.

Juntos, todos los días avanzamos un poquito más.

Yo, al igual que tu era dispersa, pero logré centrarme en algo y aunque alguna vez sentí que no podía más, seguí y luché... hoy disfruto.

Siempre voy a querer lo mejor para ti.

Y si sigues creyendo que este año no haz avanzado nada, mira lo que haz hecho conmigo. Mira cuanto me haz enseñado, mira lo feliz que me haces, mira todo lo que haz construido.

Para mi, amor, eres una luz. 

Para mi... haz sido todo y mucho más.

Te amo <3




Hoy desperté con ganas de tenerte a mi lado, con ganas de consentirte a tal punto que tu flojera quedara pequeña y con ganas de besarte... como si fuera la primera vez.
Hoy amor, hoy me enamoré de ti otra vez.

Eres hermoso, es imposible no amar algo de ti, todo lo que forma parte de ti me vuelve loca. Todo lo amo. Te amo.

Amo cada vez que estamos mirándonos y notas que me pongo nerviosa. 
Amo cada vez que empiezas con tus mañas.
Amo tus orejitas.
Amo tu cuello; se presta para ser mío cada vez que quiero.
  Amo tus besos
Amo tus labios.
Amo la forma en que me abrazas para que no te deje.
Amo tu cuerpo junto al mío.
Amo tu cuerpo sobre el mío.
Amo tu cuerpo, cada parte de el.
Amo tu mente distorsionada, amo tu imaginación y amo también cada pensamiento que por ahí pasa.
Amo cada momento que paso contigo sean 10 minutos, tres horas, 5 días completos... una tarde cualquiera, una noche normal.
Amo enamorarme de ti cada día.
Amo verte sonreír.
Amo verte feliz.

Te amo a ti <3





¿Cómo explicar todo esto que siento?
A ratos me resulta un poco imposible. Es difícil. No sé como desglosar tanta cosa junta pero en verdad no importa... lo único que importa es que nosotros dos estemos en la misma frecuencia. 

Este fin de semana fue uno más de aquellos que contigo son inolvidables. El hecho de hacer algo tan "cotidiano" entre las parejas para nosotros fue mucho más que eso, fue dar un paso más juntos. Hacer cosas hermosas creo que es lo mejor que hacemos... amarnos es lo que mejor hacemos.

¿Sabes lo lindo que es acostarme y verte a mi lado? Yo creo que no dimensionas que tan hermoso es ese momento, cuantas veces lo recuerdo cuando por "x" motivo no te tengo junto a mi. Amo tenerte aquí, saber que estás a mi lado, saber que puedo contar contigo, saber que siempre serás un apoyo y que nunca serás un problema.

¿Sabes cuanto me lleno de emoción cuando me dices que me amas? ¡Es un sentimiento tan grande! Muchas veces mis ojos se llenan de lágrimas solamente por que esto es hermoso, es sincero y... es nuestro, nuestra creación, nuestra definición de amor. Tan nuestro, mi Amor, como tu lo eres de mi y yo lo soy de ti.

¿Conoces la seguridad? Yo contigo la conocí, fuiste tu quien con solo el hecho de mostrarte conmigo me hiciste volver a creer, dejar de lado mis miedos y solo vivir... vivir.

Eres tan hermoso mi Amor...

Me encanta que seas lo que siempre soñé pero que nunca quise solo por que pensaba que era imposible. Me encanta que me hayas demostrado lo contrario, que los sueños se hacen realidad. 

Te amo por el hecho de ser tu, eres tan perfecto y lo más lindo es que eres real. Eres así. Nadie te cambió, no te cambié yo... eres así.

Amo amarte todo el día, toda la noche... amo tu sonrisa, tu cabello despeinado, tus ojos claritos, tus mañas, cuando haces una broma, cuando tratas de que te crea una mentira. 

¿Podría ser esto mejor? Imposible, y no habría un porqué. Esto es tan perfecto, mi Amor, que simplemente no hay nada mejor.

Te amo mucho, y cada día es más y más. 





¿Quieres dormir conmigo esta noche?

Ven, quédate un momento. Acompáñame a dormir y soñar con la eternidad. Ven que no hay límites. Ven...vamos.

Acompáñame. Quédate conmigo. Caminemos juntos, vamos, dame tu mano... confía. 

Soñemos juntos, sin miedo. 

Sonríe, yo invito.

Vamos, yo te sigo. Estoy a tu lado, camino contigo.


¿Quieres dormir conmigo esta noche?

Ven... corre. No temas.

Si caes, te ayudaré.

Si sigues, te alcanzaré.

Si me amas, yo te amaré.


¿Quieres dormir conmigo esta noche?

Ven, quédate por siempre. Acompáñame a vivir la realidad.

Vamos de la mano. Vamos que nada malo pasará.

Ven Amor, es tiempo de disfrutar.

Te amo. 



Amarte

¿Cómo expresar en unas pocas líneas todo lo que ni siquiera soy capaz -aveces- de decirte mirándote a los ojos? Tu mirada me pone nerviosa, de verdad.

Puedo decir que de todos los momentos que hemos pasado (que han sido un montón) me quedo de todas maneras con ese en que estamos juntos, abrazados, mirando el techo o simplemente a nosotros. Cuando -después de las atareadas cosas que hacemos- tenemos nuestro instante de confesiones. Ese en el que normalmente estoy tocando tu cabello, cierro los ojos, intento decirte algo y empiezo a balbucear. Teniendo ya listo lo que quiero decir, los nervios me juegan en contra y lo único que se entiende es un "te amo" mal pronunciado. Un "tomucho" o un "mamor". Cursilerías de los dos, lo más cercano que tenemos a un momento romántico. 

Ese momento en que mi pieza es tan nuestra como nosotros de este amor. Nos encerramos en cuatro paredes. La puerta sin pestillo se cierra y no se abre más. Nos desconectamos y el mundo no importa. Si el celular suena, amenos que sea importante, no se contesta. Es tan nuestro ese lugar Amor, y eso que habitualmente ni siquiera lo siento mio. Es tanta la tranquilidad que siento cuando te abrazo, que a ratos me falta. Es tan rico poder amarte, poder disfrutarte...

Tenerte a mi lado, quererte de una forma descaradamente hermosa, ver tus ojitos... eso me encanta, me vuelve loca. Hace aflorar lo mejor de mi, lo mejor que solo guardo para pocas personas. Me hace ser sincera conmigo, contigo, con el mundo. Me haces reaccionar, tienes las palabras exactas que me hacen más fácil el despertar de cada mañana. 

Eres... indescriptible. Tantas cosas a la vez, tantas cosas juntas que nunca pensé que alguien las podría tener. Eres mi cómplice en cada locura, mi partner. Mi amigo de los carretes. Mi volá favorita. Eres mi apoyo, mi cuerda a la orilla del abismo, la mano que necesito para sujetarme y seguir caminando... 

Eres la persona a quien amo.  
  
Te amo. 

Amo amarte.

Y más que todas estas cosas amo ver tu sonrisa, porque es tu sonrisa la que me llena y me hace feliz.  



"Perfección es un concepto que procede del latín perfectïo y que refiere a la condición de aquello que es perfecto. Lo perfecto, por su parte, es lo que no tiene errores, defectos o falencias: se trata, por lo tanto, de algo que alcanzó el máximo nivel posible." 




¿Quién no ha soñado alguna vez con la vida perfecta, el trabajo perfecto, la familia perfecta... el amor perfecto? Mentiría si dijera que nunca pertenecí a este hermoso club de soñador@s. Escribiría falacias si no asumiera que alguna vez en mi vida me pasé mil rollos ideando unas cuantas hermosas historias. Hoy agradezco ser un poco más centrada, con las ganas de estar con los pies en la tierra, menos soñadora pero no menos imaginativa. Camino a la deriva y ya no espero. Aprendí a disfrutar el momento, a gozarlo y amarlo en plenitud. Hoy soy feliz... y mi entorno también.


Me cuesta un poco escribir y demostrar lindos sentimientos textualmente. Me cuesta en verdad hacerlo a una persona en específico, ya que sé que lo leerá y me entrarán los nervios siendo que ni siquiera lo miraré a los ojos en ese momento. Me tiritan los labios, lo sabes, me pones nerviosa.


¿Recuerdas cuantas personas han  dado su opinión sobre esto? Creen tener la razón, creen que siguiendo un orden "normal" de la lógica de parejas llegaremos a algo "bueno". Que yo sepa todas las parejas que hacen eso terminan  casi odiándose, sin hablar o borrándose de facebook (lo último es lo más horrible). Lo nuestro, en cambio, es algo ficticio que va de la mano con la realidad, a la par. Caminan juntos sin olvidarse de ser objetivos y fomentando también la fantasía. Somos tan perfectos que la misma perfección queda perpleja ante tanta inmensidad que le hemos dado a esa palabra.

Amar tan desfachatadamente a ratos me hace creer que es un poco arriesgado pero en realidad todo lo que hacemos no es más que vivir. Vivir de una forma que no se ve todos los días en la calle. Vivir de una forma que solo nosotros entendemos. Vivir y seguir el ritmo de lo que sintamos en el momento, por que no hay nada mejor que dejarnos llevar por el camino a la felicidad, sin prisa pero sin pausa.

Poco más de un mes ha pasado Amor, desde que lo utópico de esto se concretó en la realidad. Poco importa el tiempo transcurrido en realidad mi vida, cuando lo que nosotros intentamos no es precisamente llevar un registro. Más importa la calidad del momento y la verdad de todo eso. Más importa, Amor mío, que nosotros seamos felices.

Si se me diera la oportunidad de devolver el tiempo y hacer algo por cambiar el futuro, no haría nada mi Amor, todo pasó de la forma más perfecta que nunca jamás pude imaginar. Si pudiera, quizás, pediría mas días para amarte...  





"Tienes tanto amor para entregar Fran, tanto amor... que no puedes estar con una persona, tienes que entregar amor a todos, tienes que amar para sentirte bien..."


Si hay algo que me encanta en la vida es dar, entregar, regalar. Si hay algo que me llene en esta vida es ver una sonrisa donde antes corría una lágrima desesperada. Si hay algo que me hace feliz, más feliz que cualquier cosa en la vida es amar. Amar sin problemas, amar sin prejuicios, sin escrúpulos, sin algún tabú. Querer en tanta demasía que las preocupaciones ni siquiera puedan existir. Que no haya dificultad, disgustos, inconvenientes. Que amar sea tan libre como la misma palabra, que hayan atrevimientos y osadías, que tenga audacia y decisión, la valentía y la desfachatez de hacerse cada vez mas real y cada vez, a la misma vez, más ficticio. 
Amar en si es una entrega del todo tan grande y sincera que tiene mil ramas de las cuales intentar soltarse es más difícil que agarrarse. Es tan desmedido y tan explosivo que se expresa hasta en la forma más mínima, y hasta inconscientemente. Es tan colosal que lleva del cielo a la tierra en un segundo y viceversa. Amar en si es llorar de alegría y reír de tristeza. Vivir de momentos. Amor es amar. Amar es amor.

Cuando mi amigo dijo esa frase, a las 6:30 AM, una madrugada de Julio, mi mente empezó a trabajar en esas palabras que conectadas de una forma tan extraordinaria hicieron una frase memorable, como muchas más que me ha dicho. Cuando logré entender que "AMAR" no significa necesariamente una "RELACIÓN" los problemas se acabaron. Cuando pensé nuevamente, y varios meses después, que todo esto implicaba un gasto de tiempo importante, asumí que era lo mejor que podía hacer, y hoy no me arrepiento. Cuando empecé a escribir esto y me dí cuenta de que amar era dar solamente un paso más allá de lo permitido, era entregar, entregar y entregar sin miedo, llorar, reír  saltar, vivir... reaccioné. 

Puedo amar a muchas personas, entregar tranquilidad y satisfacción a muchas más, hacerlas reír y hacerlas llorar, a ratos reanudar su vida... puedo hacer eso con muchas personas pero hoy, hoy también puedo hacer lo mismo solo con una y sentir un placer espeluznante que es capaz de recorrer hasta la última parte de mi cuerpo y hacerme sentir en plenitud.

Ofrecer mis cartas y que me dejen ganar es simplemente -y solo por mis experiencias de vida- algo difícil de creer y aceptar. Darme cuenta de que realmente es más fácil y cotidiano de lo que pensaba es un nuevo capítulo en mi larga trayectoria de aventuras. Amar de una forma tan sensacional me hace sentir bien, y si me siento bien, todo está bien.        





Creo que respuestas a esta pregunta hay miles y me da mucha paja escribirlas, enumerarlas, hacer un ranking pero necesito dar ejemplos para que mi punto de vista se entienda. 

Lo más común: "Siento mariposas en la guatita"
¿Que mierda es esa weá? ¿ Retortijones? ¿Calambres? ¿Puntadas? Unas ganas horribles de correr sin sentido alguno. Una vez sentí algo parecido y no era más que una gastritis. Mariposas, si claro... ganas de cagar tenía. Eso es, no es amor, es un malestar.

Otra cosa que he escuchado es el trato que se tienen mutuamente. Demasiado cursi para mi. Innecesario en otras palabras o en un simple y bastardo sinónimo, como quieran llamarlo. Sobrenombres weones que se ponen... te enamoras y te llega la idiotez, eso es lo más cierto.

Lo llamas en la mañana para saber si despertó. Lo llamas en la noche para saber si se acostó. Lo llamas en la tarde para saber como estuvo su día... todo su día. Se wassapean todo el santo día. Se feisbukean también, todo el día. "Oye... corta tu. No, tu. Yapo, corta tu. No, tu..." ¿Aló? chucha, me cortó. Y esa sonrisa weona que aparece de repente, de la nada, esa de la que todas tus compañeras de trabajo quedan plop! por que no cashan que te estay acordando de el.

Lo único que haces es pensar en esa persona, esperar como weona que llegue el día en que quedaron de juntarse, los segundos pasan como si fueran horas... ¿Te fumaste un pito? No, estas enamorada.

Estás tan feliz que puede cagarte una paloma encima y te ríes, te pueden pasar un parte por tomar en la vía pública y te sigues riendo... lloras y estás sonriendo. Ese toque te ceguedad mental.

Del enamoramiento al amor hay un paso.

Si tienes una o más de estas descripciones, estay cagá

Amo sentir amor porque puta que es rico. 

Me encantaría contar una historia en este orden, onda, orden normal de como suceden las cosas, pero sería fome y no sería mía.

Esto está al revés, y no podía ser menos en mi vida de aventuras rancias. 

Sentí amor para luego enamorarme. Sentí amor durante poco más de un año. Hoy en día despierto con gastritis, hago weás cursis e innecesarias, espero todas las mañanas mi saludo de "Buenos días" y todas las noches un besito wassapeao. De repente tengo esa sonrisa weona que me viene de la nada. Espero y me lleno de amor para cuando lo vea. Río, río y río...

¡Que sensaciones más cuaticas!

Mi mundo está patas pa' arriba. 








"Vivir"

Creo estar en el momento peak de mi vida, en el momento decisivo, en el momento crucial de todo el enredo que intento volver a armar. Creo que sacarme un peso, un "gran peso" de encima me deja caminar tranquila.  Aceptar lo que pasa es un poco complicado. "Vivir" es una hermosa palabra con la que me he vuelto a encontrar.

Es un poco complicado escribir esto, me siento rara sintiendo lo que siento pero mas raro es sentirme cómoda y feliz con las decisiones que tomo. Durante mucho tiempo cuestioné lo que podía ser un craso error, pensando día y noche: ¿Es lo correcto?. Mucho tiempo es harto, pero más fue el instante en que no pude mirarte a los ojos y decirte todo esto...

Tartamudeos, balbuceos, palabras a medias, un montón de cosas incoherentes. Miradas ficticias, perdidas en el espacio/tiempo de mi habitación. Piernas cruzadas, arriba y abajo de la cama, entremedio de sábanas y frazadas, amor en el ambiente. Dulces caricias en tu cabello y el mío, suaves toques de dulzura en el alma. Vida, amor. Vida, amor. Vida y amor. Amor y vida. Sábado en la noche, nada mejor que hacer. Abrazarte es mi mejor panorama, besarte es el mejor placer. Ver esa sonrisa que tanto me encanta y me re-encanta cuando la siento en mi nariz. Mirar tus ojos, tocar tu cuerpo, besar cada esquina de el, amarlo tanto como al mío, llorarlo a mares cuando no está, disfrutarlo en demasía cuando te quedas conmigo.

Al hacer lo único que no tenía que hacer crucé la línea imaginaria que yo misma creé y olvidé las reglas de este ficticio juego.

Al hacer lo único que no tenía que hacer me di cuenta de cuan fácil es ser feliz.

No tengo muchas palabras, cuando estoy bien me cuesta expresar sentimientos de forma textual.
Estoy siendo feliz, me gusta ser feliz.

Te amo.



UNO


Escribir es súper fácil, solo hay que poner un montón de palabras juntas y darles un poco de coherencia pero, más allá de eso ¿de qué sirve escribir una historia si no hay algo importante que contar? Escuché una vez en una película que se llama “500 días con Summer” que la mejor forma de superar a alguien era transformándolo en  literatura, traspasarlo al papel, dejarlo ahí y me causó tanta gracia que quise intentarlo y bueno, aquí estoy… tratando de textualizar todo lo abstracto que hay en mi mente. Se me ha hecho más sencillo de lo que imaginé años atrás, hace cinco años a esto no le veía final, ni siquiera esa luz en el túnel que te avisa que por lo menos en algún momento se va a terminar. Hace cinco años no hubiera sido capaz de empezar esto porque me hubieran consumido las lágrimas pero hoy lo escribo con una sonrisa, con alivio, con tranquilidad y esto me hace feliz.

 Podría escribir toda mi vida, desde que nací pero no sé de qué serviría. Hasta los 5 años no recuerdo nada, después de eso fui feliz en el colegio, tenía amigos y amigas, tenía esos típicos amores colegiales, era una alumna de buenas notas, nunca tuve una anotación negativa, hacía todas mis cosas solas y creo que con eso concluye mi vida hasta los trece años. Trece años tenía cuando me enamoré por primera vez, cuando sentí mariposas en la guatita, cuando daba el todo por el todo pero en verdad no recibía nada a cambio. No me daba cuenta, era chica y pensaba que el “amor” era así. Cuento corto (porque en verdad no quiero profundizar en esto) el tipo éste me dijo que todo era mentira, que en verdad no me quería y que solo me usó. Y yo, con las grandes posibilidades de mandar todo a la mierda lo hice, pero pausadamente, alargando la historia lo que más pudiera, tratando de aplazarla, intentando correr sabiendo que en cualquier momento me alcanzaría igual, y sería peor.  Empezó ahí entonces, en Febrero de 2006 mi desorden mental excesivo, a eso le agregaríamos un cambio de colegio, la escasa comunicación con mis padres, una pizca de eternas noches llorando y el factor “sensibilidad extrema” dando como resultado una depresión de la que en ese momento no sabía que sufría.

Cuando empezó Marzo el mundo se me vino encima, entré en un colegio nuevo, donde todo era nuevo. Con eso me refiero a salas, profesores, alumnos, baños, sillas, mesas, etcétera. Todo, todo era nuevo. Mi uniforme también era nuevo, ya no usaría el jumper con una blusa y corbata abajo, calcetas azules y cualquier chaleco que fuera oscuro, ahora tenía una falda cuadrillé con una polera gris con el logo del establecimiento, calcetas grises y zapatos súper lustrados, un sweater y una colita de caballo. Pensándolo bien era bastante feo, pero era más cómodo y yo… nunca he elegido la comodidad sobre lo bonito. Punto en contra. Tenía clases todo el día, de 8 AM a 4 PM y a muchos compañeros a quienes conocer y con quienes hacer nuevas amistades. Además tenía clases y profesores que pasaban materia todos los días, ¿qué más perfecto para distraer mi mente todo el día? Si claro, como si eso fuera tan fácil.

El hecho de estar con gente nueva solo hacía a mi soledad más grande ya que nadie entendería si lloraba, o me irían a preguntar si algo me pasaba y si a eso le sumo el miedo al rechazo que creé por la experiencia anterior recién nombrada me estaba yendo de a poco y a pasito de caracol a la misma MIERDA. Tenía un pasaje comprado solo de ida, no podía devolverme, tenía que adaptarme obligadamente y todo lo que sea obligación no me gusta. Otro punto en contra. Ya llevo dos.

Pasé así mi octavo año básico en un vaivén de constantes idas a la psicóloga escolar en donde hablábamos de todos mis problemas, tratábamos de encontrarles una solución a mis constantes encerradas en el baño, al porqué de mis notas tan bajas, porqué cortaba mis brazos, porqué llegue  al hospital un par de veces… eso fue una de las peores cosas que pudieron pasarme ese año, llegar al hospital por mis fallidos intentos de tratar de sobrevivir. La primera no sé en qué fecha fue pero la razón si la recuerdo, la recuerdo bien, fueron pastillas. Tomé tantas que no me podía mantener en pie y fui al colegio, grave error. Creo que no estuve ni dos horas pedagógicas ahí y me mandaron para la casa, esa fue la peor parte. Me llevaron a urgencias y nunca se me pasó por la cabeza decir lo que había hecho, me iban a retar, me iban a castigar y si eso pasaba estaba jodida hasta las patas. Con la poca fuerza que tenía después de haberme tomado varias cajas de paracetamol les dije que había amanecido así y ellos dijeron que era un virus que andaba en el aire. Si claro, a la mierda el virus, yo estaba intoxicada y lo único que vomitaba era bilis, asquerosa bilis que me dejo el cuerpo vacío. Estuve todo el día mal y no dije ninguna palabra. La segunda vez que fui ese año fue en Julio, llegué tarde del colegio, pasé a la casa de mi abuela, me sentía mal, no quería nada con nadie y me encerré en su baño. Mi mamá estaba afuera gritando desesperadamente que abriera la puerta, y yo, atrapada en cuatro paredes no tuve mejor idea que agarrar una Gillette de mi abuela y cortas mis brazos. Lo hacía desde los 11 años y lograba camuflar cada herida y ese día era tan fácil como hacerla en el lugar correcto pero fallé al equivocarme de mano y al no poder controlar la fuerza. Resultado de todo esto, estaba frente al espejo congelada mirando como en mi brazo derecho había quedado una marca con poca sangre pero con mucha carne a la vista. De un momento a otro me di cuenta de que mi mamá se estaba pasando por la ventana y en un abrir y cerrar de ojos me estaba subiendo al auto para ir a urgencias. Todo a la mierda, trece puntos en el brazo, cita con otro psicólogo, padres “desentendidos”, y empezó el control. Cuando pensé que el mundo se había acabado estaba recién abriendo los ojos para ver la realidad en su gran esplendor… y no me gustaba.

Mis actos desesperados por tratar de encajar nuevamente en la sociedad solo me aislaban de la parte normal de la vida, esa que uno vive a los trece años cuando aún queda inocencia. A mí me la habían robado, la había perdido y quien sabe, quizás hasta la regalé sin darme cuenta. Creo que a esa edad hay tantas cosas entretenidas que hacer, y si no las hay por último no hay que preocuparse de nada más que estudiar, aún se puede jugar, aún existe la imaginación, pero el nuevo ambiente y los gustos tan distintos a los que estaba acostumbrada en mí otro establecimiento me hicieron conocer cosas nuevas. Empecé a fumar cigarrillos sin siquiera saber botar el humo, a tomar cualquier trago de turno y llega entonces mi primer carrete. Fue en la “Casona Blanca” donde actualmente está la SII. Ya tenía 14 años porque fue en Septiembre. Llegué tipo 11 PM y tenía permiso hasta las 2 AM, hora en que mi mamá iría a buscarme a mí y a mis amigas. ¿Cómo conseguí permiso? No lo recuerdo, solo sé que fui y tome tanta cerveza que tuve ahí mi primera sensación de mareo con el alcohol. No eran ni las doce y ya estaba raja, dando jugo como pendeja que era, encontrando en ese bebestible una hermosa sanación temporal a todo lo que pasaba. En sí el carrete no fue gran cosa, o por lo menos en mis recuerdos no tengo vestigios de algo tan transcendental. Mi mamá llegó a la hora y pasó una de dos: O se dio cuenta de que estaba ebria y se hizo la loca, o simplemente se pasó para despistada, para sorda y para tener su olfato fuera del sistema. Era tan obvio e iba casi muerta en el auto, tan obvio que yo misma me hubiera agarrado y me hubiera llevado a acostar sin derecho a voz ni voto. Tan obvio que se notaba a grandes distancias, pero mi mamá no lo vio. Y eso me hizo llorar. Encargo la caña del día siguiente…

El tiempo pasó, las cosas con mis papás empeoraban, el colegio iba más o menos bien, el ambiente era agradable, los carretes no faltaban, los métodos de distracción se estaban haciendo visibles. De a poco los puntos en contra se aislaban de mi vida y pensaba por fin en empezar otra vez, pensaba que ya llevaba demasiado tiempo mal y que ya era tiempo de parar eso. Lo pensé pero cuando traté de hacerlo se me complicó la vida y volvía otra vez a lo que me hacía sentir mal. Mi vida se transformó entonces en un círculo vicioso en donde sí o si volvía al enredo que me colapsaba mentalmente. Podía estar de lo mejor con mis nuevas amigas y las que había conservado de los años anteriores pero al momento de sentirme sola lloraba cual magdalena y pasaban por mi cabeza todas esas ideas macabras que no me costaba nada consumar y que en algún momento hice otra vez.  Trataba de seguir mi camino obviando cualquier cosa que me hiciera mal y tratando de olvidar con lo que tuviera a mano. Empecé a dejar de lado a mi familia; mi prima, mi abuela, mis tíos, mis padres… No quería saber nada de ninguno de ellos, me partía el alma que me vieran en esa posición, que se preocuparan de mí. Sentía tanto dolor de solo pensar que podían derramar una lágrima en mí por culpa de mi cobardía, de mi falta de voluntad para estar bien. Me alejé de lo único que era incondicional en mi vida, escapé de lo más seguro que tenía, y eso estuvo mal.

A fines de ese año sentía que por lo menos algo había salido bien y ese era el logro de haber salido de octavo y haber pasado a primero medio. El día de la licenciatura fue un día triste. Yo veía a mis amigas felices, a sus padres felices, a su gente, a sus personas felices y yo, yo estaba pálida y con los ojos rojos, fea, desabrida, inaceptable. ¿Qué había pasado? Hubo una pelea en la casa antes de partir al colegio al evento. Mis viejos estaban enojadísimos porque no me había peinado de una forma “adecuada” para tal ceremonia. Mi papá me retó, me regañó mucho en un día en que no debía hacerlo. Y yo, lloré mucho y golpeé la pared del baño con mi mano y luego con esa mano me golpeé a mí misma hasta que de mi nariz vi salir sangre. Lloraba, sangraba, estaba pálida y tenía que limpiarme para subir al auto e ir a celebrar. Tantas ganas que tenía de ir a pararme a recibir un cuadro con personas con las que ya ni hablo pero tenía que hacerlo. Con la mejor cara que pude poner me subí al auto, cogí el maquillaje y trataba de disimular lo poco agraciada que me veía, viajamos hasta el colegio y como si nada pasara hice lo que tenía que hacer. No tengo recuerdos en papel ni digitalizados de este momento por el simple hecho de que me veía horrible. Me veía tan fea que no fui capaz de sonreír. Todos mis compañeros se llevaban su foto recién imprimida y por la módica suma de $1000 y yo, caminaba con las manos vacías. En mi mente maldecía a mis viejos por haberme arruinado ese pequeño instante de felicidad porque puta que me costaba encontrarlos y ese era uno importante, me lo había ganado y ellos no eran quién para arruinarlo. Pero lo hicieron igual así que mi odio por ellos, mi enfurecimiento estaba por las nubes y en la fiesta de curso que hicimos esa noche tomé hasta que ya no podía caminar, hasta que me tropezaba y me caía y ahí me quedaba, tomé por rabia, combine pastillas, fume muchos cigarros y no disfruté. Festejé enojada mi gran triunfo y no sirvió para nada más que para tener una hermosa caña al otro día, de esas en las que llegas a emanar el olor a trago y que no te la puedes sacar de la cabeza más que con una ducha fría. Estaba perdida, mal enfocada, volviéndome loca y tratando de encontrar cordura entre tanta incoherencia. Seguramente la iba a encontrar con la mente cerrada que yo misma había creado. Lo que era normal para mí era extremadamente raro para el resto del mundo. Lo que a mí me tranquilizaba, a ellos los aterraba. Lo que yo pensaba que estaba bien en realidad no lo estaba. Tenía un criterio demasiado equivocado de la vida. Tenía 14 años… ¿se supone que debía saberlo? Debían enseñármelo y nadie estaba cumpliendo ese rol en mi vida. Estaba recorriendo sola un largo camino, iba dañada, no podía dar el 100%, iba a la deriva, caminaba al borde del abismo a punto de caer en cualquier momento.




Amor.
Amor para ti.
Amor para mi.
Amor mutuo.
Amor único.
Amor necesario.
Amor dependiente.
Amor al amor.
Amor a la sensación de ser amada.
Amor... el problema y la solución.


Podría decir que el principio de esto no es más que otra historia de esas que estaba a punto de colgar pero que sin querer la sigo viviendo... y es hermoso. De hecho, mientras escribo esto las historias siguen pasando y las sigo viviendo, las sigo disfrutando. Puedo ver un antes y también puedo ver un después pero sigue siendo un "presente" (entre comillas, pero presente igual). Puedo recordar y seguir sintiendo lo mismo, exactamente lo mismo que sentí en ese instante. Puedo amarlo de la forma más rebuscada del mundo solo con el fin de que lo entendamos nosotros, por que así es nuestro amor: único, especial, diferente, poco aceptado y re criticado... pero eso no importa por que es nuestro y lo que nosotros decidamos para nuestra felicidad es lo que usaremos para seguir nuestra relación.

Hablo de una relación por que es algo demasiado similar, vez que nos vemos nos saludamos con un besito en la boca y en la calle, en el mall, en el centro, en la micro, en el metro vamos de la mano. Algo es algo. También solemos tener relaciones sexuales, pero eso es de vez en cuando, o en realidad cuando se nos da la oportunidad. Aveces peleamos/discutimos para ponerle un poquito de emoción a la historia. Cuando me dirijo a el le digo "Amor". Cuando el se dirige a mi me dice "Amor". Cuando el me dice "Te amo", le respondo "Yo igual" y se enoja por lo fría que soy. Cuando yo le digo "Te amo", el se demora dos horas en responderme pero no lo critico, tenemos distintos ritmos para amar. Aveces pienso que estoy enamorada de el, pero muchas mas veces me doy cuenta de que lo quiero demasiado y que no sería capaz de apostar tanto por algo a lo que no me podría afrontar si lo pierdo...

Últimamente las cosas han estado muy bien, y a pesar de nuestras grandes diferencias sabemos complementarnos de manera tal que quedamos a gusto con el otro. Cuando digo: "grandes diferencias" me refiero realmente a una lista conformada por varias cosas en las que no nos topamos ni por si acaso. Y es que en verdad somos muy distintos... si digo "cerveza" el grita: rubia, mientras yo digo: negra. En cigarros a el le gustan mentolados y a mi normales. Cuando yo quiero un chocolate el quiere papas fritas. Yo vodka, el pisco. Le encanta el terremoto, a mi me hace mal. Me encantan las cosas dulces y a el las saladas. Me gustan los huevitos mojados y a el secos. Le gusta el jugo de piña y a mi el de naranja... y así le siguen un sin fin de cosas en las que nunca en la vida nos vamos a llevar bien. Aunque, si hay algo en lo que concordamos a ojos cerrados: ¡A los dos nos encanta follar! y a mi no hay cosa que me guste más que hacerlo con el.

Estar con el, estar junto a el es tener un viaje de ida a las estrellas, es sentir esa seguridad que si o si me sacará una sonrisa, es pedir un abrazo solamente con la mirada, es sentir la compañía perfecta en el momento perfecto y en un lugar que... hacemos perfecto. Es tener muchas historias con una persona y no pocas historias con mucha gente. Es tener el mismo desorden mental pero en distinto envase, es poder hablar, expresarme, contarle mi vida, llorarle mis problemas y saber que aveces ni siquiera tendré que hacer un gesto porque me entiende a tal punto de que sabe exactamente como reaccionar.

Amo poder ser yo cuando estoy con el, que tengamos tanta confianza que hasta en un momento tan "romántico" podamos hacer un escándalo de carcajadas. Amo sentirlo como un compañero, como un complemento. Que aveces vayamos a la par y que otras termine ganándole por mucho, que seamos tan fomes y a ratos tan picaos a comediantes, que logremos apoyarnos y ser una muleta el uno para el otro. Es la primera opción cuando necesito decir unas lindas y mal pronunciadas palabras a las 4 de la mañana después de unas cuantas copas, es quien me dirá que todo va a estar bien aunque aveces no sea así pero sé que hará lo posible por hacer lo mejor. Es quien me sigue en mis estupideces, aveces con malas caras y muchas mas veces con cero disposición, pero termina haciéndolo igual. Es es como esa aguja en el pajar, esa que tanto cuesta encontrar. 

Ayer te dije que podría besarte hasta que me cansara, pero sabes?... podría seguir haciéndolo. Te abrazaré hasta que ya no tenga más fuerzas y te contendré cuando pueda, te amaré por siempre y para siempre y te amaré mucho más cada vez que sonrías porque no hay cosa que me llene más el corazón que verte feliz.

"El amor es una amistad con momentos eróticos"

Te amo.





PARTE I


Para solucionar  mi actual vida debo empezar por retroceder poco más de cinco años, para ser exacta 5 años, 3 meses y 16 días en donde el mayor hecho  después de una seguidilla de actos mal ingeniados y mal elaborados causaron la casi tragedia de la que me salvé.  Es complicado. Tuve que juntar mucho valor para atreverme a preguntar: ¿Que pasó?. Hay muchas personas con las que debo conversar... muchas con las que ya ni siquiera cruzo palabras, pero está mi familia, lo más cercano que tengo y ellos también me pueden ayudar.

"¿Por que ahora? ya hice mi vida, ya soy grande... ¿Para que? podría dejarme peor de lo que estaba, por algo mi mente lo bloqueó. ¿Que saco con preguntar? si nada cambiará lo que "hice"... "

¿CUAL ES LA NECESIDAD DE SABER?

¿CUAL?


Todas estas preguntas y unas cuantas más las he tenido encarceladas en mi cabeza, en mi mente... tratando por 5 años de que no salieran a flote, que no se dejaran ver por que las quería obviar. Traté de hacer a mi mente solamente una creación, un mundo mágico, con colores rosas y un hermoso arco iris que salia tras las montañas, montañas que tapaban la realidad, montones de piedras en donde escondía todo lo malo que absorbía del resto y todo lo malo que yo ya cargaba. Resultado de este intento de dejar pasar las cosas es que hoy en día mi capacidad de tolerar esta disminuida... y no es por que yo quiera, claro que no. Es solo porque ya no puedo llevar más, ya llegué al límite, tuve unos colapsos tan extremos y me destruí casi por completo, de no ser por el "casi" no estoy escribiendo esta historia. He desperdiciado 5 años de mi vida en destruir todo el resto que me queda y todo por que no tengo respuestas... si supiera realmente que pasó simplemente me sentiría aliviada, podría cerrar un ciclo que se me ha hecho eterno y podría jurar, a ojos cerrados que mi vida se solucionaría por completo.


Tengo un solo hermano y no somos tan unidos como me gustaría que fuéramos. Carlitos todavía está en una frecuencia distinta a la mía, su vida pasó de una forma diferente y mas fácil, la mía fue extremista y media desviada al terror. Carlitos tiene 17 y yo voy por los 21. Nos llevamos por tres años y medio... cuando todo este problema pasó, Carlitos estaba en la casa y solo tenía once años, se dio cuenta de que había un problema pero no entendía lo que pasaba y no lo culpo, era muy pequeño. El otro día decidí preguntarle si se acordaba de algo que había pasado ese día... "¿No te acuerdas de nada, hermana?" me dijo. El no sabia que yo ni recuerdos tengo de eso, pero accedió a contarme con todos los detalles que el recordaba:

"Llegaste a la casa tarde, bueno tarde me refiero a que eran como las 9 de la noche, estaba oscuro. Tocaste el citófono y el Papá te abrió la puerta, había llegado hace dos o tres días de Perú. Entraste y te llamaron para que fueras a hablar con ellos, yo estaba en la sala de estar viendo monitos. Empezaron a retarte por que la Mamá dijo que durante el viaje del Papá tu habías llegado todos los días tarde a la casa, tipo 8 o 9. El Papá le siguió y tu te enojaste mucho por que dijiste que solo habían sido dos días. Te enojaste tanto que saliste de la cocina y te fuiste a encerrar a la pieza... y los papás siguieron discutiendo. Pasó un rato, algo así como cinco o diez minutos, no lo recuerdo. Llamaron a la casa preguntando por ti, la Mamá contestó así que ella empezó a buscarte. Como no le respondiste subió a tu pieza y cuando abrió la puerta no pudo prender la luz y te vio con una sábana en el cuello, con la cara morada e ida... se asustó, obvio, y llamó al Papá. El subió y yo también y te vi por dos segundos, la Mamá no dejó que me acercara a ti y me mando a llamar a los carabineros. Yo llamé y llegaron altiro.
Esa noche me dejaron en la casa de la Tía María Ines, no supe más de ti."






Hace un tiempo  atrás escribí sobre el gran miedo que tengo a despertar, a tener que enfrentar el peor momento del día, de mi día sola. Es difícil tratar de entenderlo, es complicado por que no hay razón aparente para que eso no deje que funcione del todo mi bien mi vida. "Hay un trasfondo"... fue la única razón coherente que encontré, bueno, dentro de mi propio significado de la coherencia.
 
¿Por qué estar con un constante miedo a algo tan normal? ¿Por qué no poder afrontarlo sola? ¿Por qué necesitar siempre de alguien? Podría seguir... pero no tiene caso.
 
Este fin de semana fue uno de aquellos con los que había soñado un par de veces. Fui con la mejor compañía; Pato y Mati. Después de una serie de eventos desafortunados pudimos llegar y entre la nada hacer de todo sin seguir importándonos el curso del tiempo, ni la frialdad de la noche, ni lo oscuro que estaba el lugar siendo tan temprano. Entre los tres teníamos tal armonía que hacíamos juego con el entorno, con el sonido de los pájaros, con el del río cuando pasaba entremedio de las piedras, con los ladridos de los perros que nos acompañaban también. Hacíamos presencia y a la vez nos camuflábamos en el ambiente de una forma tan natural que siempre  fue grato. Fuimos quienes siempre debimos ser, o quienes -por lo menos yo- extrañaba que fuésemos.
 
Creo que este viaje, que fue solamente de sábado y domingo, no podía haber sido antes ni después. Era este el fin de semana que debía ser, el que nos debíamos, que en realidad si era parte de diversión pero más era parte de amistad. Teníamos que tener entre nosotros este recuerdo, esa vivencia, esas risas y esos llantos. Quizás los tuvimos antes, pero éramos pendejos. De verdad que yo no compararía ni en el último de los casos las lágrimas derramadas a los 16 que a los 20, es otra la historia, es otro el contexto, es otra la madurez mental que tenemos y que hace que esas lágrimas que llorábamos por cualquier tema transcendental del día o que hubiera ocurrido en la noche, hoy lo hacemos por cosas que hemos pensado una y otra bien y que definen nuestra suerte del mismo día o del mañana. 
No podíamos haber tenido este viaje antes, nuestro momento fue ahora y solamente y por el simple hecho de estar listos como amigos para contenernos y apoyarnos frente a cualquier adversidad.
 
 Sentir que nuestra amistad sería para siempre (aunque suene mamón y fantástico) me dio una calma y una tranquilidad enorme. Sentir el apoyo de ambos en cualquier cosa que me pasara... poder llegar al límite de la expresión y no tener miedo a caer porque sé que estarán ahí para ayudarme... Que no importa que me quede dormida con unas cuantas chelas encima y también unos vasos de ron, estarán ahí mismo cuando despierte y me darán su apoyo, un beso antes de dormir, una abrazo al despertar por la mañana, un: "¡Te amo weona!" que es mucho más que cualquier cursilería, un gesto vale más que mil palabras y no puedo seguir explicando con textualmente lo que tengo para mostrar con un beso y un abrazo, es imposible.




Creo que nunca se está tan mal como cuando estás a punto de tocar el fondo de todo. "¡Que cosa más horrible!, ¡Que sensación más desesperante!, ¡Que desagrado más grande!" tengo tantas frases encerradas entre unos signos de exclamación y sin embargo son todas iguales, da lo mismo si las pongo o no, no cambiarían el tema, tal vez seguirían la línea, quizás solo harían más espacio donde no se necesita. 
Creo que en mis cortos veinte años de vida, de los cuales tengo conciencia desde los cinco y empecé a auto-destruirme a los trece, es en este momento donde más agobiada y perdida me siento. Como si no hubiera un "por qué" para abrir los ojos cada mañana cuando despierto a eso de las 10, como si no pudiera disfrutar en demasía cada instante que se me regala, como si no pudiera estar tranquila y sacarme eso de la mente... busco soluciones concretas a problemas abstractos, sonrío para recibir lo mismo de vuelta y no critico para no ser menospreciada. Vivo con miedo al rechazo e intento buscar estabilidad momentánea, por que nada es para siempre y lo eterno es algo muy corto hoy en día en mi vida.


Anoche, después de estar un buen rato en la casa de mi abuela volví a mi casa en compañía de mi Mamá y mi hermano. Aquí nos esperaba mi Papá, quién después de una larga jornada laboral descansaba con un trago y unos cigarrillos en la terraza del patio. Apenas lo vi, lo saludé. Reacción innata ya que no estoy con el en todo el día. El tenía mucho más que un saludo para nosotros, tenía un montón de palabras que formaban un discurso y una noticia que darnos. 

- Me voy a Alemania - dijo.

¡Grandiosa noticia! más mundo laboral para Papá. Unos días allá para descubrir que tan avanzados están en el tema de energía y productividad. Genial. Super. Si claro...

Todo es bueno si lo miramos desde el punto de vista de el ya que es una gran oportunidad. El problema empieza cuando hablamos de días, de distancia, de miedos que tiene mi Mamá cuando Papá se aleja. Mamá no quiere volver a vivir lo que pasó cuando en el año 2007  Papá estuvo cerca de un mes en Perú. Yo tampoco quiero que eso vuelva a pasar, pero si no tengo la experiencia de lo vivido, si no tengo recuerdos, si no sé de que defenderme... ¿Cómo lo hago?. 

El "GRAN TEMA" pensé que me afectaba solamente a mi, y bueno, en una parte bien pequeña y bien distanciada de la real razón a Mamá, pero cuando Papá lo tocó ayer me dí cuenta del gran lío que tengo que sacarme. El -al igual que Mamá- perdonaron eso que "hice". Ellos tuvieron que lidiar con eso desde una parte externa, lo que no significa que fue fácil. Ellos siguieron apoyándome y tratando de crear nuevamente de la nada esa confianza que hay que tener para un buen vivir. Ellos siguieron el camino y yo quede estancada por que aún no puedo saber el motivo/razón de aquel acto. 

Soy de las personas que cree que es mejor escuchar que dar un consejo, pero en este momento no necesito a alguien que me escuche, ni a alguien que me aconseje... lo que necesito son respuestas y por mucho que mis amigos, familia, conocidos y desconocidos quieran brindarme su ayuda no me sirve. Quizás es cruel y mal agradecido este punto de vista, hasta puede que suene frío pero es la verdad. La mayoría de las personas con las que estoy hoy en día, con las que frecuento habitualmente no estaban ahí cuando eso pasó y el haberse perdido de ese instante tan devastador que cambió mi vida por completo las hace demasiado  ajenas al tema y aunque les cuente, les confiese una y otra vez lo ocurrido nunca podrán imaginarse lo grande que fue, y lo que hoy me pesa traer eso conmigo. 

Estoy a un paso de tocar fondo. A un paso de perder la conciencia, de perder el control. Estoy tan cerca del abismo...

¿Quién dijo que retroceder no era la solución a los problemas?






Empezar a escribir una historia es fácil, basta poner "había una vez..." o "en un pequeño pueblo ubicado cerca de..." y hasta "corría el año 1992 cuando..." para que suene bien. Lo difícil es seguir esa línea,  tener la valentía de poder recordar una historia, revivir cada momento, volver a estar ahí pero sin caer en la trampa, sin tropezar, sin cerrar los ojos, ser lo suficientemente ajena y a la vez allegada en lo que es y fue LA REALIDAD... ser sincera sin quitar los pies de la tierra. Yo no puedo hacerlo, me cuesta enfrentar mi propia vida, mi "gran" pasado. Seguir una linea con la cantidad de altibajos que tengo se me hace casi imposible. Mirarlo desde un punto de vista tan externo es demasiado difícil, y aveces ni siquiera se si soy capaz de apostar tanto por contar un par de historias. Ni siquiera soy capaz de apostar por mi y eso que soy la primera y única opción en estas cuatro paredes... ¿Falta seguridad? ¿Faltan opciones para apostar? ¿Falta algo realmente? Falta eso que suelen llamar "VALOR" para poder encarar la vida, darle de frente y sin compasión ¿eh?, darle como en verdad siempre he tenido que hacerlo.

Últimamente eh estado más obsesionada que nunca con un tema que me ah aquejado durante poco más de  cinco años. ¿Por qué últimamente? no lo sé, pero la duda es realmente infernal. Tal vez si hubiera solucionado esto cuando pasó viviría sin miedo, o quizás no, pero por último sabría que pasó. Tal vez si hubiera podido enfrentar y llegar al fondo de la situación en el momento me hubiera ahorrado un montón de cosas, o quizás no pero viviría sabiendo y no imaginando. Tal vez si esto no hubiera pasado mi vida ahora sería distinta, y en realidad no tengo duda de eso, estoy segura de que ese hecho cambió todo. Pero... ¿Cómo encontrar la respuesta a algo que yo debería saber y de lo cual no tengo idea? Si yo no lo sé, ¿Quién lo sabe? Si yo no tengo la respuesta, ¿Quién?... ¿Quién me dirá lo que realmente pasó? Son estas preguntas y unas cuantas más las que no me dejan  llegar a la hora del sueño tranquila, las que no me dejan acostarme sin antes dejar un mar de lágrimas en la cama por la frustración que me provoca no poder encontrar una respuesta... la desesperación me está jugando en contra, aguanto pero no tengo lo que se necesita para seguir caminando con este peso tan horrendo, necesito tranquilidad y no la puedo encontrar por que me traicionan los miedos, los miedos de que todo esto vuelva a pasar.

Si en el momento más feliz de mi vida fui capaz de haber hecho aberrante alteración al curso normal de la historia, ¿Quién me asegura que no volverá a pasar incluso cuando esté de lo mejor y disfrutando? Es esa la tranca en todo este tema y es que no puedo estar segura si se que mi propia mente podría dar vuelta la situación y mandar a la mierda todo lo que he avanzado. Necesito tener la seguridad y el apoyo antes de empezar a caminar tranquila y con decisión, al no tenerlos mi mirada es nula, limitada, o simplemente inexistente. 

Tener que mirar mi pasado desde otro punto de vista, con los ojos abiertos, dando paso por paso una vez más es lo que tendré que hacer. Si ya pude expresarlo textualmente creo que es menos complicado (me gusta más que "más fácil") llegar a algo concreto que si todavía tuviera estos pensamientos dando vueltas en el laberinto sin salida  que esta en mi cabeza. Creo que es un primer paso, un buen primer paso. Creo que... si... uhmm... si, haré una llamada. 



¿Día de los enamorados? ¿Cumpleaños de mi primo Matías? ¿Una fecha inventada por los fabricantes de tarjetas para hacer sentir mal a la gente?... ¿Puede haber algo más material? Tengo una mejor razón para celebrar este día.

Hace 5 años, este día era como cualquier otro, bueno, casi como cualquier otro. Despertaba temprano con el desayuno en la cama, me levantaba y me iba a bañar. Me vestía ligera de ropa y bajaba a ver a mi terapeuta. Fumaba unos cigarros mientras conversábamos. Me decía que cada día me veía mejor, que encontraba que ya me faltaba poco para poder salir. Yo le contaba que el día anterior me había visitado mi entonces pololo Rodrigo, que habíamos cumplido tres meses, que estábamos más felices que nunca. Lo que le seguía era fácil de adivinar; una pequeña merienda y me acostaba a ver televisión o seguía fumando en el patio. Ese día, después de comer, no me acosté a ver televisión ni salí al patio nuevamente a fumar otro cigarro. Ese día recibí una llamada de una enfermera quien me dijo que mi siquiatra estaba ahí, que debía ir a verla. 
Me encontré con ella en los sillones de la casa. Me preguntó como estaba. Yo le dije que estaba bien. Ella me dijo que eso era bueno por que ese mismo día me daría el alta. Yo no lo podía creer.

Después de haber estado un mes y medio internada en el Centro Matter, donde llegué por razones que desconocía -y que al tiempo hubiera preferido no  conocerlas jamás- de un momento a otro tenía que despedirme, tomar toda mi ropa y guardarla, volver a ver esas caras por última vez y decirles que en verdad las iba a extrañar, que me daba miedo salir, abrir la puerta, cruzar la calle y volver a la realidad por que no sabía si sería capaz de dejar el nido... pero a la vez estaba feliz. 
¿Cómo compensaba una cosa con otra? Era el miedo versus la felicidad de volver a ver a mi familia. El cuidado en contra de las ganas de ver a Rodrigo. Estaba en el limbo y ni siquiera podía elegir. No debía elegir. Ya había llegado al tope de la fecha de vencimiento, era momento de continuar.

Después de almorzar y de abrazar a medio mundo diciéndoles cuanto los extrañaría y cuanto me costaría pisar la vereda, llegó mi papá. Habló con mi doctora, tomó mis papeles y pensando que nunca más volveríamos a pasar por algo así, subimos mis bolsos al auto y emprendimos camino a Buin.

Mientras el manejaba, yo miraba y sentía libertad condicional. Le pedí el celular para llamar a Rodrigo. Cuando hablábamos no podíamos dejar de decirnos cuanto nos amábamos y lo felices que estábamos de que por fin podríamos estar juntos otra vez, podríamos amarnos sin límite de tiempo, no tendríamos que separarnos un lunes para volver a vernos el sábado. Sería como antes... sería hermoso de nuevo.

Cuando llegué a casa ya estaba oscuro. Mi mamá tenía una hermosa cena para 5 y ese fue otro indicio que que todo -por lo menos esa noche- estaría bien. 

El 14 de febrero del 2008 dejé un lugar que me albergó por seis semanas, un lugar en el cual conocí a hermosas personas, subí de peso, me enteré de cosas que no sabía que había hecho, aprendí a amar y a extrañar más allá de lo normal, aprendí a sobrevivir con 15 años... sola con un montón de gente que por otras razones dudo que me hubieran topado en el camino.

Hace 5 años me dieron el alta y también pasé este día con una hermosa persona, en realidad con la única que he pasado este día en toda mi vida. Este día será siempre de el, como lo es noviembre, como lo es la playa, como lo son varias cosas más. Este día voy a disfrutar, como lo he seguido haciendo... por que hay mas razones para reír que para llorar. 



"Hace un año deje de escribir en este cuaderno y durante  todo este tiempo han pasado tantas cosas... hemos reído, he llorado,te he querido más de lo normal y he aprendido a amarte como siempre lo tuve que hacer.
Hace un año las cosas eran totalmente distintas a las de ahora, mi mirada a esta situación era diferente y sobretodo cerrada. 
Hace un año podría apostar que no imaginé todo lo que se vendría... sin embargo no cambio por nada este presente.

Ayer me hiciste sentir tan bien. Pude llorar como hace tiempo no lo hacía y sincerarme con esta situación que de verdad me estaba asfixiando. Pude ser yo por fin la que hablaba con alguien  y no el personaje ficticio con el que suelo esconderme de la realidad. 
Siempre tus palabras me han llenado cuando me ha faltado la calma, tus abrazos me tranquilizan, tu cariño nunca deja de sorprenderme y tu incondicionalidad me hace sentir segura frente a cualquier situación.

Se que puedo contar contigo en cualquier momento, ante cualquier situación; si tengo un problema o algo por lo que quiera reír, si quiero compartir contigo un pensamiento extraño hasta podemos llegar a un punto en común y sacar algo bueno de eso.

Amo haberte topado en el camino (otra vez). No te voy a decir que amé todo lo que ha pasado este tiempo, pero su que doy gracias a todas esas experiencias por que por ellas hoy somos lo que somos."







La cajita de los recuerdos. Esa que atesora cosas que para muchos son poco comunes, hasta insignificantes... pero que para mi valen mas que toda mi vida. Guardar todas estas cosas es recordar que cada experiencia que tuve tiene algo bueno, o lindo, no sé. Vivo de recuerdos. Mi presente lo forma cada evento que ocurrió en mi pasado. Lo que hoy soy es gracias a esto.


 Creo que esta galleta lleva más de 4 meses guardada en esta cajita. Toddy con chip de chocolate, la última que me regalo Maxi. La guardé por que fue la última galleta que me dio  por que tuvimos una breve discusión ya que las que nos gustaban, que eran muy parecidas, ya no las hacían. Las otras eran mas ricas, tenían una base de delicioso chocolate y más de alguna vez me llevo cuando tenia mañas. Me gusta tener este tipo de recuerdos de el, me hace pensar que no fue tan malo como lo dice la realidad.
 MAXImuss. Mi Gorda me hizo comprarlo. Encontró que era de lo más chistoso que un marshmallow con cubierta de chocolate tuviera el nombre de un ex. No voy a mentir... no lo encontré chistoso, pero me gusta recordar ese día con ella, en realidad todos los momentos que pasamos juntas.
El dulce en si no tiene mayor historia, además no era muy rico por que me dio dolor de guatita. No me gusta recordar esto tanto como me gustaría por haberlo guardado acá.
 Un rollo de papel higiénico. Creo que deben ser limitadas las personas que guardan este tipo de cosas en una caja de los recuerdos pero para mi no es solamente un pedazo de papel, es una sorpresa que encontré en el bolsillo de mi chaqueta el día en que Zik tomó su bus con destino a Copiapo. Lo guardó, lo dejó ahí o lo olvidó, no lo sé. Yo lo encontré y lo guardé por que es uno de los pocos recuerdos que tengo de el, de lo hermoso que fue ese día, de lo inesperado, de lo sorpresivo.
 Un montón de fotos. ¿Quién no tiene un montón de fotos guardadas, de momentos hermosos y otros que pensaba que serían eternos? Me uno al club de viejas lloronas que se emocionan al ver momentos que les encantarían que se volvieran a repetir pero que ven muy difícil que vuelva a ser igual.
 Mi Gordita artística y sus ataques de amor excesivo jajaja. Dibujo del 31 de Julio del 2012, dia en que estábamos en casa con mi Chanchi y Maxi. El jugaba wii mientras nosotras fumábamos en el patio y nos poníamos al día. Eran como esos días que amaba disfrutar de a cuatro, pero que siempre fueron mejor siendo tres.



                   
La carta de despedida de mi mejor amiga cuando se cambió de casa. Recuerdo haberla leído un montón de veces y llorar en cada una de esas ocasiones. Y es que su partida no fue algo fácil, fueron tres días en que no llegué a mi casa por que no soportaba la idea de que entraría, subiría por la escalera y al mirar por la ventana la luz de su pieza estaría apagada... por siempre. 

Una simple cajetilla de cigarros Hilton. ¿Guardar esto es verdaderamente imbécil? Si, lo es. Pero la razón lo es aún más. Esta cajetilla me la regaló Maxi el día en que terminamos, o que me terminó mejor dicho. Tenía que ir al cumpleaños de Marisel y lo ánimos los tenía más abajo del piso. Un cigarro nunca me ha alegrado pero si me relaja, y el lo sabía. Me compró cigarros para que saliera en la noche. Trató de ser considerado.
Slayer con mi viejo. No conozco a este tipo, o sea, lo conocí ese día y supe que era chileno. Las entradas eran de cortesía y tenía que asistir si o si.

Papelillo para un caso de emergencia. 
Una de las tantas otras cartas de mi gordita preciosa. Siempre me demuestra su cariño de formas que pensaba poco posible que me volvieran a suceder. Me sorprende cada vez más. 
Más fotos. Más recuerdos. Más vida expresada en un papel barato. Me encanta recordar que siempre he sido feliz, que siempre lo he tenido todo, que solo me falta reír un poco más. Que las personas que realmente valen nunca se irán de mi lado y que incluso me amarán mucho más y las personas que ya no están simplemente nunca debieron tener nada de mi atención.
También es una entrada de cortesía que mi viejo me regaló por que el estaba en Antofagasta. Salí tan tarde que perdí la última micro a Buin y tuve que quedarme en Puente Alto. 
Hay personas a las que de verdad les debo mi vida. Amigos, amigas, familia... el circulo vicioso perfecto que tanto amo. No sé que sería de mi sin todas esas cosas que han pasado, solo me arrepiento de una pero del resto estoy orgullosa de haberlas vivido por que gracias a eso soy quien soy hoy. 
Otra de las cosas "sin sentido" y poco explicables para quien recién ve mi cajita. Es una tarjeta y atrás un calendario de una tienda donde vendían jeans. Se la dieron a Zik en Estación Central. Zik la guardo en mi polerón. Yo la encontré cuando llegué a casa. 

Carta que me hizo mi primo Eduardo cuando estaba internada en el psiquiátrico de la Chile hace 3 o 4 años atrás. En vez de P.D. escribió POSTATA y lo que más decía era que me quería mucho.  
Más papelillos para un caso de emergencia brígido. Uno nunca sabe cuando los puede necesitar. 

Pastillas. Las últimas pastillas de Lorazepam que me tomé. Fue en Junio, a principios de ese mes en un día que no supe enfrentar lo que estaba pasando. Quería dejar la carrera, no sabía como decirle a mis viejos la decisión que había tomado, no siquiera me había levantado ese día para ir a la U. La frustración ya me estaba consumiendo y desesperadamente tomé dos o tres pequeñas pastillas con un poco de alcohol. Lo que sucedió ese día y lo que se vendría en la noche fueron parte fundamental de lo que sigue pasando hasta el día de hoy.
Boleta del Unimarc del 17 de Agosto del 2010, el día en que cumplí 18 años y para dármelas de grande fui y compre una cerveza, mi primera cerveza comprada legalmente. 
La carta de un ex pololo. Podría decir mucho sobre este tipo, me cae super bien pero más de algún problema tuvimos y sus prioridades no estaban siendo las que realmente debían ser. La relación fue bonita mientras duro (2 meses) el resto del tiempo (1 año) fue enfermizo. 
La primera cerveza que compre en el DieM. 
Una carta que me escribió mi Tata cuando estaba internada. Agradezco cada detalle de mi familia cuando estoy lejos de ellos. Amo que me recuerden que están ahí siempre. 
Un dulce imaginario. El nombre lo dice todo, fue hallado en la Mansión Foster bajo el cojín de un sillón. Lo guardo por que es uno de los pocos recuerdos que tengo de ese lugar que tanto extraño. Amo verlo y recordar que viví una hermosa época de mi vida ahí. Me gusta saber que aprendí mucho en ese lugar.  
Lo que quedó de una pequeña flor amarilla que alguien puso en mi cabeza. Sinceramente no recuerdo por que la tengo guardada pero por alguna razón me di la paja de abrir la cajita y dejarla ahí. 
"Esas hojas, cuando se secan, se ponen hediondas." La tengo desde Junio de 2012 guardada, la reviso mes por mes. Cada vez que la veo esta más seca y nunca le he encontrado olor. Mi amigo imaginario dijo que eso será así y para variar una vez más se equivoco. No siempre los años te dan la experiencia suficiente para afrontar la vida cariño.
Carta de Juanito Manuel que escribió cuando me internaron el 2009. Pequeños gestos dan en mi gigantes sonrisas que ayudan en mi recuperación.
 Una lista que preferí arrugar y no mostrar. Una lista a la que le falta gente y no le sobra espacio. Una lista que debería terminar pero que mi falta de memoria no me permite. Hay cosas que es mejor dejar inconclusas...




Franie Rush. Con la tecnología de Blogger.
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Buin, Santiago, Chile
Terapeuta Integral con conocimientos en Flores de Bach, masajes, técnicas de liberación emocional, fitoterapia, programación neurolingüistica, entre otros. Actualmente trabajando en "The Living Room Therapy" Centro de atención psicológica y terapias complementarias.