La cajita de los recuerdos. Esa que atesora cosas que para muchos son poco comunes, hasta insignificantes... pero que para mi valen mas que toda mi vida. Guardar todas estas cosas es recordar que cada experiencia que tuve tiene algo bueno, o lindo, no sé. Vivo de recuerdos. Mi presente lo forma cada evento que ocurrió en mi pasado. Lo que hoy soy es gracias a esto.


 Creo que esta galleta lleva más de 4 meses guardada en esta cajita. Toddy con chip de chocolate, la última que me regalo Maxi. La guardé por que fue la última galleta que me dio  por que tuvimos una breve discusión ya que las que nos gustaban, que eran muy parecidas, ya no las hacían. Las otras eran mas ricas, tenían una base de delicioso chocolate y más de alguna vez me llevo cuando tenia mañas. Me gusta tener este tipo de recuerdos de el, me hace pensar que no fue tan malo como lo dice la realidad.
 MAXImuss. Mi Gorda me hizo comprarlo. Encontró que era de lo más chistoso que un marshmallow con cubierta de chocolate tuviera el nombre de un ex. No voy a mentir... no lo encontré chistoso, pero me gusta recordar ese día con ella, en realidad todos los momentos que pasamos juntas.
El dulce en si no tiene mayor historia, además no era muy rico por que me dio dolor de guatita. No me gusta recordar esto tanto como me gustaría por haberlo guardado acá.
 Un rollo de papel higiénico. Creo que deben ser limitadas las personas que guardan este tipo de cosas en una caja de los recuerdos pero para mi no es solamente un pedazo de papel, es una sorpresa que encontré en el bolsillo de mi chaqueta el día en que Zik tomó su bus con destino a Copiapo. Lo guardó, lo dejó ahí o lo olvidó, no lo sé. Yo lo encontré y lo guardé por que es uno de los pocos recuerdos que tengo de el, de lo hermoso que fue ese día, de lo inesperado, de lo sorpresivo.
 Un montón de fotos. ¿Quién no tiene un montón de fotos guardadas, de momentos hermosos y otros que pensaba que serían eternos? Me uno al club de viejas lloronas que se emocionan al ver momentos que les encantarían que se volvieran a repetir pero que ven muy difícil que vuelva a ser igual.
 Mi Gordita artística y sus ataques de amor excesivo jajaja. Dibujo del 31 de Julio del 2012, dia en que estábamos en casa con mi Chanchi y Maxi. El jugaba wii mientras nosotras fumábamos en el patio y nos poníamos al día. Eran como esos días que amaba disfrutar de a cuatro, pero que siempre fueron mejor siendo tres.



                   
La carta de despedida de mi mejor amiga cuando se cambió de casa. Recuerdo haberla leído un montón de veces y llorar en cada una de esas ocasiones. Y es que su partida no fue algo fácil, fueron tres días en que no llegué a mi casa por que no soportaba la idea de que entraría, subiría por la escalera y al mirar por la ventana la luz de su pieza estaría apagada... por siempre. 

Una simple cajetilla de cigarros Hilton. ¿Guardar esto es verdaderamente imbécil? Si, lo es. Pero la razón lo es aún más. Esta cajetilla me la regaló Maxi el día en que terminamos, o que me terminó mejor dicho. Tenía que ir al cumpleaños de Marisel y lo ánimos los tenía más abajo del piso. Un cigarro nunca me ha alegrado pero si me relaja, y el lo sabía. Me compró cigarros para que saliera en la noche. Trató de ser considerado.
Slayer con mi viejo. No conozco a este tipo, o sea, lo conocí ese día y supe que era chileno. Las entradas eran de cortesía y tenía que asistir si o si.

Papelillo para un caso de emergencia. 
Una de las tantas otras cartas de mi gordita preciosa. Siempre me demuestra su cariño de formas que pensaba poco posible que me volvieran a suceder. Me sorprende cada vez más. 
Más fotos. Más recuerdos. Más vida expresada en un papel barato. Me encanta recordar que siempre he sido feliz, que siempre lo he tenido todo, que solo me falta reír un poco más. Que las personas que realmente valen nunca se irán de mi lado y que incluso me amarán mucho más y las personas que ya no están simplemente nunca debieron tener nada de mi atención.
También es una entrada de cortesía que mi viejo me regaló por que el estaba en Antofagasta. Salí tan tarde que perdí la última micro a Buin y tuve que quedarme en Puente Alto. 
Hay personas a las que de verdad les debo mi vida. Amigos, amigas, familia... el circulo vicioso perfecto que tanto amo. No sé que sería de mi sin todas esas cosas que han pasado, solo me arrepiento de una pero del resto estoy orgullosa de haberlas vivido por que gracias a eso soy quien soy hoy. 
Otra de las cosas "sin sentido" y poco explicables para quien recién ve mi cajita. Es una tarjeta y atrás un calendario de una tienda donde vendían jeans. Se la dieron a Zik en Estación Central. Zik la guardo en mi polerón. Yo la encontré cuando llegué a casa. 

Carta que me hizo mi primo Eduardo cuando estaba internada en el psiquiátrico de la Chile hace 3 o 4 años atrás. En vez de P.D. escribió POSTATA y lo que más decía era que me quería mucho.  
Más papelillos para un caso de emergencia brígido. Uno nunca sabe cuando los puede necesitar. 

Pastillas. Las últimas pastillas de Lorazepam que me tomé. Fue en Junio, a principios de ese mes en un día que no supe enfrentar lo que estaba pasando. Quería dejar la carrera, no sabía como decirle a mis viejos la decisión que había tomado, no siquiera me había levantado ese día para ir a la U. La frustración ya me estaba consumiendo y desesperadamente tomé dos o tres pequeñas pastillas con un poco de alcohol. Lo que sucedió ese día y lo que se vendría en la noche fueron parte fundamental de lo que sigue pasando hasta el día de hoy.
Boleta del Unimarc del 17 de Agosto del 2010, el día en que cumplí 18 años y para dármelas de grande fui y compre una cerveza, mi primera cerveza comprada legalmente. 
La carta de un ex pololo. Podría decir mucho sobre este tipo, me cae super bien pero más de algún problema tuvimos y sus prioridades no estaban siendo las que realmente debían ser. La relación fue bonita mientras duro (2 meses) el resto del tiempo (1 año) fue enfermizo. 
La primera cerveza que compre en el DieM. 
Una carta que me escribió mi Tata cuando estaba internada. Agradezco cada detalle de mi familia cuando estoy lejos de ellos. Amo que me recuerden que están ahí siempre. 
Un dulce imaginario. El nombre lo dice todo, fue hallado en la Mansión Foster bajo el cojín de un sillón. Lo guardo por que es uno de los pocos recuerdos que tengo de ese lugar que tanto extraño. Amo verlo y recordar que viví una hermosa época de mi vida ahí. Me gusta saber que aprendí mucho en ese lugar.  
Lo que quedó de una pequeña flor amarilla que alguien puso en mi cabeza. Sinceramente no recuerdo por que la tengo guardada pero por alguna razón me di la paja de abrir la cajita y dejarla ahí. 
"Esas hojas, cuando se secan, se ponen hediondas." La tengo desde Junio de 2012 guardada, la reviso mes por mes. Cada vez que la veo esta más seca y nunca le he encontrado olor. Mi amigo imaginario dijo que eso será así y para variar una vez más se equivoco. No siempre los años te dan la experiencia suficiente para afrontar la vida cariño.
Carta de Juanito Manuel que escribió cuando me internaron el 2009. Pequeños gestos dan en mi gigantes sonrisas que ayudan en mi recuperación.
 Una lista que preferí arrugar y no mostrar. Una lista a la que le falta gente y no le sobra espacio. Una lista que debería terminar pero que mi falta de memoria no me permite. Hay cosas que es mejor dejar inconclusas...




Franie Rush. Con la tecnología de Blogger.
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Buin, Santiago, Chile
Terapeuta Integral con conocimientos en Flores de Bach, masajes, técnicas de liberación emocional, fitoterapia, programación neurolingüistica, entre otros. Actualmente trabajando en "The Living Room Therapy" Centro de atención psicológica y terapias complementarias.