Errar es humano. Parte de crecer es equivocarse una y otra vez para tener así herramientas con que defenderse en un futuro no muy lejano. Las vueltas de la vida son muy raras, el circulo vicioso en el que suelo caminar se está desviando y su forma se puede confundir en este momento perfectamente con un triángulo, uno con las puntas bien marcadas y cada una mas filosa que la otra. Lo raro es el archivo adjunto que se suma a esto, formando libremente a esto en un cuadrado. Es aquí donde esta el problema, el sutil dilema existencial que hace que esto no tenga un final feliz. El grave y tenebroso problema que me desvía del camino. El leve, delicado y tenue enredo que le mueve el piso a esta historia. La sorpresa es pan de cada día. Para el asombro y la extrañeza ya he ensayado mi cara mil veces en el espejo. El susto y el desconcierto da más suspenso. Al final son todos sinónimos disfrazados. Si, y pocos lo sabían.
El hecho de hablar no me hace menos fuerte. Decir las cosas mirando a los ojos es de valientes. Correr el riesgo de tomar una decisión importante es parte de madurar. Corre, correr y correr es lo único que se hacer.